jueves, 20 de noviembre de 2008

Sobre Rosa Paks, la “madre” del movimiento por los derechos civiles en EE.UU.

Como todos bien sabemos, el pasado 4 de noviembre se celebraron en EE.UU. elecciones presidenciales. El candidato del Partido Demócrata, el afroamericano Barack Obama, resultó ganador y se convertirá, cuando tome posesión de su cargo, el próximo 20 de enero de 2009, en el 44º presidente de los Estados Unidos de América. Este hecho -el que una persona de raza negra haya logrado acceder a la Casa Blanca- nos hace, entre otros ejercicios, mirar hacia atrás y reflexionar sobre la larga marcha emprendida por los negros estadounidenses desde la esclavitud hasta la actualidad, cuando una persona de color va a regir los destinos de Estados Unidos. En esa lucha de los negros contra el racismo y la segregación racial una mujer -a partir de un sencillo y simbólico gesto como fue el no ceder su asiento a un hombre blanco en un autobús de Montgomery, en Alabama-, jugó un papel esencial. Ella fue Rosa Parks, de la que os contaré a continuación algunos momentos de su vida...

Corría el año 1955 cuando esta mujer de 42 años decidió sentarse en el autobús en el espacio reservado para los blancos. Había estado trabajando aquel 1 de diciembre de 1955 durante más de 10 horas como costurera y, aunque estaba cansada, sabía que por su color de piel debía ceder su asiento a cualquier blanco que se lo pidiese. Las personas de color tenían que dejar los asientos vacíos y colocarse al final del autobús. Pero Rosa fue valiente y decidida, y aquella mañana se mantuvo sentada a pesar de los reclamos de un blanco. El conductor, James Blake, famoso por insultar a las afroamericanas, le gritó: “¿Te vas a levantar?”. “Voy a hacer que te arresten”, la amenazó; a lo que Rosa contestó, desafiante: “You may do that (Podría usted hacerlo)”. Rosa fue encerrada en un calabozo pero su arresto provocó la primera oleada de protestas en el Sur, con un boicot de 13 meses al transporte público que desembocó en la declaración del Tribunal Supremo, que declaraba inconstitucional esta discriminación.

Quizá uno de los mayores misterios de esta historia es cómo una mujer reservada y de pocas palabras como Rosa pudo rebelarse y convertirse en icono del movimiento por los derechos civiles en EE.UU. y acabar con esta discriminación. Sin embargo, su discreción no debe llevar a equívocos: Rosa era secretaria del NAAPC (National Association for the Advancement of Colored People, Asociación Nacional para el Avance del Pueblo de Color, en sus siglas en inglés, y al que también pertenecía Martin Luther King), vivía entre activistas y abogados y llevaba años traumatizada por las humillaciones, como la de haber sido expulsada del autobús por ese mismo conductor.

Cuarenta años después de esos sucesos, Rosa Parks escribía en su libro “La fuerza tranquila” (Quiet Strengh) que, a pesar de que los negros habían avanzado mucho, aún faltaba para mejorar la relación entre las razas en EE.UU. Casi con toda seguridad, esta heroína estaría muy orgullosa de ver hoy a un negro como presidente de su país.

Rosa Parks murió a la edad de 92 años, el 24 de octubre de 2005. Previamente, en 1999, recibió una Medalla de Oro del Congreso (Congressional Gold Medal), en donde se lee: “Madre del Movimiento por los Derechos Civiles moderno”.

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