jueves, 20 de noviembre de 2008

Se avecinan tiempos difíciles...


Está claro que, queramos o no, se avecinan tiempos difíciles o, cuanto menos, de cambios, de transformaciones... Y no sólo por la tan manida crisis económica y financiera que, por mucho que se diga y se repita por todos lados, no deja de tener la importancia que tiene, o sea, mucha.

Según dicen algunos de los que se consideran expertos en algo, ya nada será lo que parece y para poner un ejemplo tangible citamos al capitalismo. Hemos visto algo impensable hace años: cómo algunos gobiernos, entre los que se halla EE.UU., han intervenido inyectando dinero en los bancos para intentar que éstos salgan a flote en medio de la vorágine financiera... Se ven tantos cambios a la vista que hasta un país como EE.UU., que tanto había maltratado históricamente a las personas de raza negra, ha elegido como próximo presidente a un afroamericano, hecho que, por otro lado, demuestra un nuevo y esperanzador rumbo para la que se supone la primera potencia mundial tras la mediocre y me atrevería a decir nefasta "era Bush"...

En esferas más cercanas a mí, en Extremadura, hemos vivido varios días, al menos quienes nos interesa la actualidad informativa, pendientes del coche oficial de la vicepresidenta segunda y consejera de Economía, Comercio e Innovación de la Junta de Extremadura, Dolores Aguilar. Pero no se trata de un coche cualquiera, sino de un carro de lujo, marca Lexus, que ha suscitado ya no polémica sino cientos de comentarios para todos los gustos en las ediciones digitales de los dos principales periódicos de la región. El hecho de que esta señora haya comprado con dinero público un coche oficial nuevo, cuyo valor se sitúa en 68.000 euros, con la que está cayendo (económicamente hablando), roza, a mi juicio, lo surrealista. Y no sólo me refiero a que esta compra haya sido inaceptable en los tiempos que corren, de crisis y paro por doquier, sino que lo es en cualquier momento, aunque sea de bonanza económca. A simple vista se llega a percibir, con conductoas como ésta, que muchas personas, entre las que se podría incluir a esta señora, cuando acceden a puestos políticos de gran responsabilidad, parece que pierden la noción de la realidad, del nivel de vida medio del resto de mortales y el valor de lo que cuestan las cosas... En este tema, parto de la base de que un servidor, si tuviera esa responsabilidad -a la que no aspira ni mucho menos,- trataría de manejar el dinero público como si fuera mío; algo sencillo pero que, parece ser, algunos no practican demasiado...



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