lunes, 24 de noviembre de 2008

Espronceda, 200 años de su nacimiento en Almendralejo


En el marco de las múltiples actividades que, en 2008, se vienen celebrando en Almendralejo (Badajoz) con motivo de la celebración del bicentenario del nacimiento en esta ciudad extremeña del escritor romántico José de Espronceda, se presentó el pasado 20 de noviembre una nueva edición de la que se considera única obra de teatro que Espronceda escribió en solitario. Se trata de Blanca de Borbón y aborda un tema muy conocido y tratado en la literatura decimonónica, como fue el fallido matrimonio de Pedro I de Castilla con la sobrina del rey francés, Blanca de Borbón, a la que, primero, abandonó a los pocos días de la boda y, luego, mandó encarcelar, propiciando al final su muerte. Esta obra, que fue publicada por la hija de Espronceda tras su muerte, en 1870, ha sido recientemente reeditada por la Editora Regional de Extremadura, en su colección "Rescate". Es, sin duda, una de las obras menos conocidas de este autor por el gran público y, desde aquí, como una forma de homenajearlo en su 200 aniversario, vamos a recordar la obra pero también la agitada vida de José de Espronceda.


“…Que es mi barco mi tesoro,

que es mi Dios la libertad;

mi ley, la fuerza y el viento;

mi única patria, la mar…”


¿Quién no recuerda estos versos, tan conocidos por pequeños y mayores, en parte, por haber sido recitados en la escuela cuando éramos pequeños? Forman parte de la Canción del Pirata, sin duda, el más popular y conocido de los poemas esproncedianos. En él, su autor exalta la figura de un delincuente, siempre perseguido pero temido y, en definitiva, libre. Es un tema bien romántico, en el que el mar se convierte en el escenario romántico por excelencia para el ejercicio de la bravura, la rebeldía y la libertad.


Como paradigma de la existencia de un “verdadero romántico del siglo XIX”, Espronceda tuvo una vida intensa, agitada, anárquica, disipada, turbulenta, generosa, efímera y, de algún modo, también trágica, dada su corta existencia, apenas 34 años. Fue muy conocido en su tiempo y terminó por convertirse en el personaje más representativo del Romanticismo español, el Byron hispano.


José de Espronceda y Delgado nació un 25 de marzo de 1808 en las proximidades de Almendralejo. Se le impusieron los nombres de José Ignacio Javier Oriol Encarnación. Su padre, Juan José Camilo de Espronceda y Pimentel, fue un militar. Su madre fue María del Carmen Delgado y Lara. Espronceda tuvo tres hermanos más pero fallecieron al poco de nacer.


Espronceda llegó al mundo en un año convulso para España que, en menos de dos meses, se sublevaría en contra de la invasión francesa, con los sucesos acaecidos en Madrid el 2 de mayo. Francisco de Goya reflejó en su famoso cuadro El 3 de mayo de 1808 en Madrid: los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío el horror y el dramatismo de las brutales masacres que tuvieron lugar en Madrid durante la guerra a manos de grupos de soldados franceses. El levantamiento del pueblo de Madrid sería el desencadenante de la Guerra de la Independencia, que arrastraría a la nación, desde 1808 y hasta 1814, a un duro enfrentamiento con las tropas napoleónicas que regaría de sangre y dolor los territorios de la Península Ibérica. Precisamente en este 2008 también se conmemora, con muy diversos actos por todo el país, el 200 aniversario del inicio de la Guerra de la Independencia. Por otro lado, seis días después del nacimiento de Espronceda había tenido lugar un hecho de capital importancia para España, que afectaría muy significativamente en el devenir de los acontecimientos posteriores: el 19 de marzo culminaba el Motín de Aranjuez, auspiciado por el entonces Príncipe de Asturias (el futuro Fernando VII), y que supuso la caída del todopoderoso Manuel de Godoy, Príncipe de la Paz (nacido en Badajoz en 1767), y la ascensión al trono de Fernando VII, por abdicación de su padre, Carlos IV.


Durante sus primeros años de vida, Espronceda experimentó el peregrinaje con su familia, al compás de las vicisitudes que marcaba la guerra contra los franceses. Hacia 1820 la familia de Espronceda se traslada a Madrid y en la capital estudió humanidades en el Colegio de San Mateo, bajo la dirección del poeta e intelectual Alberto Lista.


En 1823 es ejecutado en la horca por el régimen absolutista de Fernando VII el militar liberal Rafael de Riego y Núñez –quien dio nombre al Himno de Riego, de carácter liberal y republicano y que llegó a ser el himno oficial de España en varias ocasiones; la última, durante la II República (1931-1939). Este suceso –la ejecución de Riego– fue presenciado por Espronceda y le motivó a fundar, a los quince años y junto a otros jóvenes, una sociedad masónica-patriótica denominada “Los Numantinos”, y de la que él fue su presidente. Cuando el régimen absolutista descubrió esta célula secreta, que se reunía en el sótano de una céntrica calle madrileña, encarceló a sus miembros. Espronceda fue condenado, en 1825, a cinco años de reclusión en un convento-prisión de Guadalajara pero, a las pocas semanas y por influencia de su padre, fue absuelto. En este cautiverio fue donde Espronceda empezó a escribir el poema épico El Pelayo.


En 1826 emprende desde Gibraltar un viaje a Lisboa, en donde conoce a una mujer que marcará su vida. Se trata de una joven de, por entonces, dieciséis años llamada Teresa Mancha, que era hija de un militar español emigrado a la capital lusa por sus ideas liberales. A finales de 1827 Espronceda parte hacia Inglaterra. También emprenden su marcha rumbo a tierras británicas el militar Mancha y su familia. De allí, Espronceda partiría a Holanda y al poco tiempo hacia París, donde es posible que combatiera en las barricadas de la revolución de julio de 1830. Esta revuelta se levantó contra la monarquía absolutista de los Borbones y acabó con la subida al trono francés del primer monarca liberal-burgués: Luis Felipe I de Orleans. Desde Francia, Espronceda intentó pasar a España con una columna de liberales al mando del guerrillero y militar Joaquín de Pablo, Chapalangarra, al que luego Espronceda dedica un elogioso poema. Fracasaron en su intento y nuestro poeta regresó a París. De allí, en 1831, se trasladó a Londres donde la familia Mancha llevaba una vida de mucha miseria. Cuando Espronceda llega a Londres, la situación de estrechez había conducido a Teresa a casarse con un rico comerciante español establecido en Londres, que le daba todo a su esposa menos amor. Al reencontrarse con su amado, renació en Teresa el recuerdo del amor en Lisboa y anida en ambos la idea de la fuga. Así urdieron un plan: Teresa tenía que ir a París con su marido y allí Espronceda la esperaría. En la noche del 15 de octubre de 1831 ella abandona el hotel en donde se hospedaba y huye en brazos de su amante.


Ya en 1833 José y Teresa, acogiéndose a una amnistía general concedida a los liberales emigrados, regresan a España y se instalan en Madrid. Fueron años felices mas la dicha se esfumó el día en que Teresa abandonó a José de Espronceda y a Blanca, la hija de ambos, y se marchó a Valladolid. El poeta logra reunirse con ella en esta ciudad pero la reconciliación dura poco pues Espronceda es nuevamente perseguido por sus ideas liberales y tiene que refugiarse en casa de un amigo. Teresa siguió llevando una vida inquieta, hasta que en 1839 murió de tuberculosis.


Después Espronceda ingresa en el cuerpo de la Guardia de Corps, pero, debido a la publicación de una poesía liberal-patriótica, es expulsado a Cuéllar, pueblo de Castilla la Vieja (actual provincia de Segovia), donde escribe su única novela: Sancho Saldaña o El castellano de Cuéllar. Regresa a la capital del Reino y llega a ser diputado y fundador de varios periódicos de tendencia liberal o democrática. En 1840 publica dos libros de poesías: Poesías y El diablo mundo. Al año siguiente es destinado a la embajada española en Holanda y, poco tiempo más tarde, vuelve a España para ocupar el cargo de diputado por la provincia de Almería. Un 23 de mayo de 1842 muere José de Espronceda, a la edad de 34 años, como consecuencia de una difteria a la laringe. Por esa época, se disponía a contraer matrimonio con Bernarda de Beruete.


El estilo poético de José de Espronceda se enmarca dentro del género del Romanticismo, corriente político-cultural europea perteneciente a la primera mitad del siglo XIX. En su verso encendido y lleno de evocaciones líricas y patrióticas, desde una óptica liberal de ver la vida, puede vislumbrarse el ímpetu juvenil con el que está escrita toda su obra poética. Espronceda cultivó los principales géneros de su tiempo: el poema épico (El Pelayo); la novela histórica (Sancho Saldaña o El castellano de Cuéllar); y el teatro histórico (Blanca de Borbón). Pero fue, sobre todo, un gran poeta lírico. Reunió sus poemas en un libro (Poesías, 1840), en el que se alternan poemas juveniles, aún neoclásicos, con otros de desbordado talante romántico. No obstante, sus obras poéticas más importantes son El estudiante de Salamanca y El diablo mundo. En esta última se incluye el Canto a Teresa, una conmovedora elegía por la muerte de su amada, que está considerada una de las más hermosas de nuestra literatura.


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