domingo, 31 de mayo de 2009

Sobre el fenómeno Larsson y su versión cinematográfica


Ha nacido una nueva heroína, esta vez, en versión escandinava: Lisbeth Salander, de la trilogía Millennium


He de reconocer que mi idea sobre el escritor Stieg Larsson y su trilogía de novelas Millennium no iba más allá de lo visto y leído a través de los medios de comunicación. Sabía que su primera novela, "Los hombres que no amaban a las mujeres", de tinte policíaco, se había convertido en todo un fenómeno editorial por medio planeta; y que su autor era sueco y había muerto de un ataque al corazón antes de ver publicada su primera obra. Poco más...

Pues bien. El pasado viernes fui con unos amigos al cine y vimos "Los hombres que no amaban a las mujeres". Pese a que casi siempre que voy a alguna actividad cultural -sea del tipo que sea- me gusta documentarme previamente y saber algo más de la obra, espectáculo, etc., en este caso me quise dejar llevar. Los primeros minutos de la película me despistaron un poco, y no sabía muy bien ante lo que me encontraba... Pero una vez que la narración comenzó a estructurarse, la película atrajo mi atención poderosamente. A grandes rasgos, como sabréis muchos de vosotros, se ambienta fundamentalmente en la Suecia actual, en donde Henrik Vanger, el ex-director de la Corporación Vanger, encomienda al periodista Mikael Blomkvist una misión: saber que pasó con Harriet Vanger, su sobrina-nieta, que desapareción misteriosamente hace 4o años. A partir de ahí se desarrolla la trama, en la que brilla con luz propia un personaje clave y que, a mi juicio, "tiene pinta" de convertirse en todo un referente. Hablo de la joven hacker Lisbeth Salander, que con su destacada inteligencia, su actitud antisocial y rebelde, su aspecto desaliñado con piercings en la nariz y una delgadez extrema, y su bisexualidad, tiene visos de llegar a ser el prototipo de una nueva heroína literaria-cinematográfica del siglo XXI. Una heroína que, llegado el caso, puede convertirse en toda una vengadora, sin remordimientos ni miramientos... Sólo basta recordar la escena del tatuaje que graba en el cuerpo de su agresor...

La película, y por tanto la novela en que está basada, reúne muchos de los ingredientes que, para mí, suscitan mucho interés en un relato: hay personajes definidos pero a la vez ambiguos, una dosis de misterio e intriga, una investigación de por medio, desapariciones y crímenes, una tímida historia de amor y un "malo malísimo" capaz de cometer las peores fechorías que se puedan imaginar pero que sabe esconderse muy bien...

Por tanto, invito a ver esta película, llamada a convertirse -como la novela- en la gran sensación del año, y de la que todo -o casi todo el mundo- hablará... Pero no es por eso por lo que puedo desde aquí invitar a verla. No me interesan demasiado los best seller. Es por algo más profundo, más de "corazonada"... Sin haberlas leído, creo que nos encontramos ante una trilogía de novelas únicas, de esas que no pasarán pronto de moda. Y, la verdad, tengo muchas de ganas de devorarlas. Tendré que esperar a que pasen los exámenes de junio. Ya por lo pronto, le hemos regalado a nuestra amiga Miriam la primera de las novelas de la trilogía, "Los hombres que no amaban a las mujeres", por su cumpleaños. Esperemos que nos la deje para, a buena seguro, disfrutar mucho con su lectura...

Música y cine, en el Teatro López de Ayala de Badajoz


Magnífica idea la de repetir en la tarde-noche de ayer, en el Teatro López de Ayala de Badajoz, el concierto de Música de Cine que ofreció la Banda Municipal de Música de Badajoz hace unos meses. En el transcurso de unas dos horas de duración, los asistentes pudimos recordar y emocionarnos con las bandas sonoras de algunas de las más conocidas películas de la historia del cine de todos los tiempos. Desde "Casablanca", y su ya legendaria cita "...Tócala otra vez, Sam", hasta el tema "Memory" del musical "Cats", sin olvidar fragmentos de las bandas sonoras de "Los siete magníficos", "El fantasma de la ópera" o "La pantera rosa". Todo esto pudimos escuchar en la primera parte del concierto.

Ya en su segunda parte, el concierto, dirigido magistralmente por el maestro Vicente Soler Solano, nos deleitó con melodías como el conocido "My heart will go on" de "Titanic", y otros temas de filmes tan dispares como "Lawrence de Arabia", "Candilejas", el musical "West Side Story", la mítica "Lo que el viento se llevó" y, al final, una selección de fragmentos de la BSO de James Bond 007. No debemos olvidar la destacada aportación de la soprano pacense Guadalupe Muños Cabanillas, que con su imponente voz nos puso los pelos de punta con interpretaciones como la del tema "Memory" del musical "Gatos".

En suma, la combinación de música e imágenes mudas de fragmentos de las películas fue sumamente atractiva y nos hizo recordar momentos únicos vividos por todos al ver estas obras cinematográficas. Felicidades al director, a los componentes de la Banda, y al promotor del concierto, la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Badajoz. No estaría de más que, siguiendo esta línea, nos ofrecieran un concierto similiar, pero esta vez de "Música y Televisión", dedicado a series míticas de la historia de la televisión. Un proyecto que, seguro, sería tan bien acogida como el presente.

martes, 19 de mayo de 2009

Una noche mágica en el museo...


Coincidiendo con la celebración del Día Internacional del Museo, el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, como otros centros museísticos del país, organizó diferentes actividades, entre ellas, la apertura de sus puertas, el pasado sábado, en un horario no habitual, desde las 21,00 horas hasta la 1 de la madrugada.

Se trataba de una más que apetecible invitación, de carácter gratuita, para conocer, para descubrir, de una manera distinta la riqueza y la diversidad de las colecciones que alberga este bello edificio del arquitecto Rafael Moneo. El museo emeritense se sumó de esta manera a la celebración de "La Noche de los Museos", la quinta edición de este evento, que se celebra bajo el patrocinio del Consejo de Europa con la participación más de 40 países europeos.

Tuve la suerte de poder acercarme a Mérida y ver este museo de noche, hasta la hora de su cierre, ya de madrugada. Fue una recomendable actividad para un sábado por la noche, diferente, en la que media España atendía al televisor para ver la actuación de Soraya en Eurovisión y la otra media estaba pendiente del rumbo de los últimos partidos de Liga.

Bajo una suave luz, pasear por el Museo de Arte Romano se reveló, para mí, en una agradable sensación histórica, una viaje a lo largo de los siglos para, con otros ojos, con otra luz, vislumbrar la majestuosidad de los restos de una civilización siningual como es la romana. Esculturas exentas de divinidades y de emperadores, mosaicos, cerámicas, clípeos, columnas, monedas, bustos... nos esperaban, casi sin prisas, para ser redescubiertos en la noche...

Capítulo aparte mereció la visita a la cripta del museo, en donde con pocas luces -algunas, velas- nos adentramos en un espacio de la Augusta Emerita casi en tinieblas, en silencio absoluto, en el que no faltaban ni la calzada, ni los restos de pinturas murales y de muros de casas romanas...

Además, para crear un mejor ambiente histórico, los actores y los músicos de Creaciones Artísticas "Las 4 esquinas" consiguieron trasladarnos a otras épocas gracias a su actividad, "Entre historias", donde se entremezclaron lecturas dramatizadas de autores grecolatinos, leyendas, poemas, costumbres populares, música y aromas. Sin duda, toda una experiencia directa con la historia y el arte... y que, en mi caso, me ha servido para ayudar a prepararme, de alguna manera, los exámenes de la carrera de Historia que tengo ya mismo, en concreto los de Historia del Arte Antigua e Historia Antigua Universal.

Este museo y, por ende, Mérida cobran durante toda esta semana una gran relevancia en el mundo de la arqueología de época clásica ya que la capital emeritense acoge la celebración de los XI Coloquios de Arte Romano Provincial, un foro, el primero que se realiza de este tipo en la Península Ibérica, que cuenta con la presencia de destacados especialistas de ámbito internacional.

viernes, 15 de mayo de 2009

Lo que de verdad importa...

¿Cuántas veces nos hemos preguntado cuál es el sentido de nuestra vida? ¿Qué nos mueve a actuar de una determinada manera o de otra? ¿Y, sobre todo, qué es lo que nos da impulso para levantarnos cada día? ¿Qué es lo que, de verdad, importa en nuestras vidas, qué mueve nuestra existencia?

Está claro que estas reflexiones dan para mucho... pero no quiero yo llegar sólo ahí. Quiero ahondar sobre todo en destacar qué es lo que a la gente en general le importa, cuál es su interés principal en esta vida. Todo esto rondaba el otro día mi cabeza mientras daba un paso por Badajoz, yo solo, camino de la Alcazaba, de la Facultad de Biblioteconomía y Documentación, en donde estoy realizando un curso de portugués. Veía a las gentes de mi ciudad en una apacible tarde primaveral, caminando de un lado para otro, cada uno con sus historias personales, sus preocupaciones, sus temores, sus alegrías, sus pasiones, sus tormentos... Y yo me cuestionaba, ¿qué es lo que de verdad importa a cada una de estas personas? Si pudiesemos preguntarlo, quizá nos sorprenderiamos tanto, pensaba, y, así, quizás, al empresario no le importa tanto el dinero; ni al político el poder; ni a unos padres sus hijos...

Intereses. Duro pero real término que define, de alguna manera, a quienes habitamos en este mundo global desarrollado que nos ha tocado vivir. Todos, aunque digamos lo contrario, nos movemos por intereses... A unos se les nota más que a otros, otros lo saben disimular muy bien, lo que es, quizá, más peligroso... Pero todos queremos lograr unas metas: hay quien quiere desarrollar plenamente su carrera profesional; quien quiere vivir al límite, disfrutando al máximo de todos los placeres; quien desea poner su granito de arena en lograr un mundo más justo; quien ansía tener mucho dinero; quien sueña con saborear las mieles del poder (y mantenerse)... Son todas decisiones tan personales, tan profundas que, de una forma u otra, creo que ya están marcadas en nuestros genes desde que nacemos...

En suma, aunque creo que el mundo gira alrededor de intereses (recordemos que ya hubo quien dijo, con bastante buen tino, que dos "cosas movían el mundo": el dinero y el sexo), podremos vivir de una forma más o menos ordenada y pacífica mientras no entren en conflicto frontal los intereses de un grupo poderoso con los de otro. Algo difícil, ¿no creéis?, sobre todo con los tiempos que corren...

lunes, 11 de mayo de 2009

Japón, referente en una película alemana: “Cerezas en flor”



Desde pequeño siempre he sentido una especial predilección por todo lo relacionado con el mundo oriental y, más en concreto, por los dos gigantes asiáticos: China y Japón. Este último país siempre ha significado, para mí, la expresión de una cultura milenaria que ha sabido mantener casi inalterable su identidad pese a sus altos grados de desarrollo, modernidad y tecnificación de su sociedad.

Ayer por la tarde tuve el placer de deleitarme con la riqueza y la inmensidad de Japón gracias a una deliciosa película que vi en el Centro de Ocio Contemporáneo de Badajoz -sede de la Filmoteca de Extremadura en la capital pacense. Se trataba del filme franco-alemán “Cerezos en flor”, dirigido en 2008 por la alemana Doris Dörrie.

Esta directora -de la que no conocía ningún trabajo- impregna en esta obra su amor hacia Oriente, y no sólo porque la mayor parte de su película transcurre en Tokio, sino también por su ritmo pausado y su extrema sensibilidad, tan típicas del mundo oriental. Da la sensación, en ocasiones, que uno no sabe si lo que está viendo es cine alemán o japonés, pero quizá ahí radique su encanto, en un cine en el que se pueda conjugar lo occidental y lo oriental.

“Cerezos en flor” cuenta la historia de un matrimonio alemán, Trudi y Rudi. Trudi es la única que sabe que su marido Rudi está gravemente enfermo. Siguiendo el consejo de su médico, deciden emprender un último viaje juntos. Trudi convence a su marido y van a visitar a dos de sus hijos, Claus y Karolin, y a sus nietos, en Berlín. Sin embargo, éstos están demasiados inmersos en sus propias vidas para ocuparse de ellos. Tras ir al teatro a ver un espectáculo de danza Butoh, Trudi y Rudi deciden pasar unos días en un hotel en la costa del mar Báltico. El recuerdo hacia su otro hijo, Karl, que vive y trabaja en Tokio, está muy presente en la mente de Trudi y Rudi.

La historia sufre un revés cuando es ella quien muere repentinamente, dejando solo a Rudi, que a partir de entonces comienza a añorar todo lo que había marcado a su esposa, como su pasión por la danza oriental -el Butoh- y su fascinación por Japón, en donde vive su querido hijo Karl. Marcado por la soledad ante la ausencia de su esposa, Rudi viaja a Tokio, en donde la historia toma nuevos derroteros, en la línea de “Lost in translation”, pero más mística...

Un Rudi atormentado por el recuerdo permanente de su esposa inicia, por las calles de Tokio, un viaje en busca de la esencia tradicional de Japón, de aquello que a Trudi le hubiese gustado ver... como son los típicos “cerezos en flor” japoneses... Un día, en un parque, Rudi conoce a una joven bailarina, Yu, que realiza aquello que a su esposa le apasionaba, el Butoh, y ahí surge una extraña amistad, que culmina en un escena memorable a los pies del Monte Fuji...

En suma, “Cerezos en flor” es, a mi juicio, una de esas películas que, al verla, te transporta a un espacio único, como es el país del Sol naciente, el de la tradición manga, de los videojuegos o de las geishas. Pero es algo más, es la historia de la incomunicación entre padres e hijos y, sobre todo, de la soledad, la que se siente cuando uno pierde a su compañero de viaje... pero todo ello con una peculiar toque de sabor japonés... Os invito a verla...

viernes, 8 de mayo de 2009

La OEX en la Plaza Alta de Badajoz...

Ayer pasé una agradable velada escuchando a la Orquesta de Extremadura (OEX) en uno de los rincones más emblemáticos del casco antiguo de Badajoz: la Plaza Alta. Acababa de salir de mi curso de portugués en la Facultad de Biblioteconomía y Documentación -mi facultad-, cuando me encontré en mitad del concierto, con una suave melodía y una temperatura ideal, que invitaban a permanecer allí, ensimismado... sin pensar en nada o en todo... Una acertada idea que, ójala, tenga continudad y sea el primero de muchos eventos culturales al aire libre en una de las zonas con más encanto de mi ciudad. Enhorabuena a quien/es corresponda...